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Foto del escritorRvda. Yamina Apolinaris

¡Quien espera con esperanza, no desespera!

En este primer domingo de adviento se nos invita a esperar, pues sin duda, eso es lo que representan estos días antes de la celebración del nacimiento del niño Jesús, del Dios encarnado.

En esta sociedad de la inmediatez, de lo rápido, se nos hace difícil esperar. He hablado con varias personas que me dicen que no tienen la paciencia necesaria para esperar por nadie. Cuando oigo esto, inmediatamente viene a mi mente la imagen de mi abuelita, mirando por una ventana entreabierta, esperando mi llegada.

No sé si alguna vez experimentaste algo así; de alguien esperando tu regreso. Recuerdo, hace varios años, cuando regresé a mi casa, ya de adulta, después de haber estado en la ciudad de Boston, estudiando en el Seminario. Fue un tiempo corto de estadía con mi familia, pues pronto comenzaría mi primer pastorado. Recuerdo que mi abuela, ya muy anciana, me esperaba despierta, siempre mirando por la ventana, preocupada por mis salidas nocturnas. Para ella, una vez anochecía, ya era demasiado tarde, así que, siempre me preguntaba dónde había estado y por qué llegaba tan tarde. Yo le decía, “abuela estaba en la iglesia, sabes que soy pastora”. En ocasiones, me respondía, que bueno mija que sigues en los caminos del Señor; en otras, cuando le fallaba su memoria, levantaba la mirada hacia arriba como en una oración y decía, “hay Señor yo que la crie en tus caminos, mírala ahora saliendo de noche, sólo Dios sabe a dónde.”

A pesar de su confusión, lo que yo podía ver y percibir en esas conversaciones con mi abuela, era que, aun cuando sentía ansiedad por que yo llegara pronto a la casa, mi abuela nunca dudó que yo llegaría. Siempre tuvo la certeza que su nieta cumpliría su palabra de verla luego.

Jesús insta a sus seguidores y seguidoras a velar y esperar por su llegada. Sobre todo, les invita a esperar con seguridad y esperanza; a no dudar ni desesperar. La espera desconfiada e incierta, desespera. Pero cuando tenemos seguridad y confianza, podemos esperar sin temor a ser defraudados.

Este es el mensaje de adviento; Espera y no desesperes…porque viene tu paz, tu gozo, tu seguridad, tu perdón, tu esperanza, tu salvación. Porque un niño nos es nacido….

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